Una decisión diferente
En el año 2000, recién licenciado como ingeniero, me encontré en plena crisis inmobiliaria. Mientras otros buscaban oportunidades en Madrid, decidí quedarme en Salamanca. ¿Por qué? Porque quería aportar algo diferente. Me fijé en el mercado energético, que empezaba a despegar, y vi una oportunidad clara: ayudar a comunidades, negocios e industrias a ahorrar y gestionar mejor su energía. Así empezó todo, con ganas de resolver problemas reales.